Desencadenantes controlables
Frecuencia e intensidad
El ejercicio físico practicado de manera frecuente y moderada ayuda a mantener controlados los ataques de migraña. Probablemente, el efecto sea doble: por un lado genera una buena tonificación muscular que permite que la musculatura se relaje y por otro lado permite manejar la ansiedad y el estrés.
Sin embargo, es cierto, que un ejercicio brusco (sobretodo en una persona no entrenada), puede contribuir a provocar un ataque de migraña. Sin duda, si un ejercicio provoca una cefalea intensa y no sufrida previamente (por las características, duración o intensidad) debe ser motivo de realizar una consulta urgente, sobretodo si se repite o no cede.
La gente registrada en midolordecabeza.org puede acceder a más información y recomendaciones sobre ejercicio físico en el apartado dedicado a ello en "Vivir con dolor de cabeza".
Hidratación
La hidratación es fundamental durante el ejercicio. La ingesta de bebidas isotónicas ayuda a no perder excesiva agua y electrolitos (tipo sodio) con la sudoración. Se cree (pero no esta demostrado) que éste puede ser un mecanismo por el cual el ejercicio es susceptible de desencadenar ataques de dolor de cabeza.
Recuerde
La actividad física es necesaria y ha de ser progresiva y moderada. El "qué" consiste por tanto en saber cuándo y cómo realizarla:
- Si el dolor de cabeza solo aparece o aumenta con el esfuerzo, es obligatoria una exploración médica exhaustiva por parte de un médico para descartar cefaleas segundarias.
- Se debería averiguar a partir de cuando (duración, intensidad) el ejercicio físico es susceptible de desencadenar una crisis, para mantenerse debajo de estos límites
- Las ocasiones de realizar una actividad física son frecuentes: subir o bajar escaleras, aparcar un poco más lejos, caminar más rápidamente o bailar son solo unos ejemplos de una lista muy larga...
Última fecha de actualización: 20.04.2015