Pasar largas jornadas mirando a una pantalla de ordenador, exceder el listado de preocupaciones diarias o ir corriendo de un lado para a otro porque sentimos que no llegamos a los plazos son algunas de las situaciones que pueden contribuir a que suframos dolores de cabeza periódicos.
A diferencia de las migrañas que se agrupan dentro de los dolores de cabeza vasculares, las cefaleas tensionales suelen tener un origen muscular. Es decir, se producen al contraer de forma involuntaria el cuello, la mandíbula, el cuero cabelludo o la cara.